En el contexto actual, podemos estar orgullosos de lo que se ha logrado en los últimos 5 años. América Latina teniendo países tan diferentes económica y socialmente, en el transcurrir de los años desde que iniciamos con políticas incluyentes de la industria del Cannabis, como lo fué Uruguay desde 2014, hemos notado cambios grandes, sorpresas agradables, e incluso en tiempos de pandemia por Covid 19, se ha sentido la empatía a esta nueva industria y a las oportunidades que nos brinda.
Uruguay, Chile, Colombia, Paraguay, Perú, Ecuador, México, Argentina, Brasil y Panamá son los países que hoy tienen aprobados algún tipo de acción legislativa a favor del Cannabis, que permiten algún uso, fabricación o cultivo; y otros países que siguen ahí al lado en proceso de que se les permita iniciar como es el caso de Costa Rica y varios otros países de Centro y Sudamérica.
Entre el Cannabis Medicinal, Recreativo e Industrial, cada país tomó sus decisiones en base a como está estructurada su actividad agrícola y industrial y su enfoque al que le va a sacar provecho a la oportunidad de la apertura económica al que nos somete esta Industria.
La industria del cannabis, dentro de sus tres frentes ((Pharma, Alimenticio y Fibras), nos permite acceder a oportunidades de comercio internacional y nos hace volar la mente en el potencial de Emprendimientos locales, desarrollo de nuevos productos e Investigación en los que incluímos temas importantes de Sostenibilidad como la captura de emisión de Dióxido de Carbono, Equidad de Género, Mejoramiento de condiciones de Salud, Mejoramiento de condiciones del campo, Educación, Erradicación de cultivos ilícitos, donde también existe interés de partes y apoyo tangible.
Las Cepas del Cannabis que utilizamos en general para la produccion de Cáñamo Industrial nos restringen del mercado Farmacéutico por su contenido bajo de Cannabinoides, pero que nos permiten producciones largas de grano y fibras que usamos para la cultura, el día a día, las que nos visten, nos dan vivienda y alimentan, y popularmente las llaman Cáñamo.
Paraguay, Uruguay, Ecuador, Chile y Colombia son los países de Latinoamérica que permiten trabajar el Cáñamo, bajo ciertas condiciones y modalidades, existe una ley que lo avala y ya hay capitales nacionales y extranjeros apostando en la industria.
Los demás países están trabajando en el avance de sus legislaciones, pero de algún modo ya todos tenemos un pie adentro. Después del respaldo del gobierno, considero que el principal reto es la investigación Científica de la mano con la voluntad de los interesados, se necesitan genéticas tropicalizadas y mejoradas para producción local de granos y más fibra por hectárea. Como sabemos, teníamos 70 años con la planta censurada y fué mucho en lo que se atrasó. Esta planta que es de origen asiático no había tenido un desarrollo constante en el transcurso de este tiempo, y como en la época de la colonia, trajimos la planta y ahora nos toca un trabajo de adaptación genética. Parece dispendioso pero por esto pasaron todas las plantas que llegaron hace tiempo y ahora también son nuestras, como lo es el café o el plátano; ahora contamos con muchas ayudas, educación, científicos, ingenieros y capitales para trabajar en esto y hacer fito mejoramientos enfocados en casa uso específico de la planta.
El ejemplo de Paraguay es excelente para mostrarle al mundo que querer es poder, con disposición del gobierno, partes interesadas en invertir, educación a la comunidad, inclusión metas de sostenibilidad y buenos profesionales, es una fórmula con la que todos contamos y se puede beneficiar a muchos sectores económicos de un país, mejorar los ingresos y la estabilidad a una población vulnerable es un reto del cual Paraguay tiene una Victoria!
Karen Viviana Castaño
Directora de Comunicaciones LAIHA
Embajadora de Colombia LAIHA
Creditos:
Fuente: Laiha – Canamo en America Latina