Un comité del Senado de Nueva York aprobó un proyecto de ley que autoriza el establecimiento de un centro de prevención de sobredosis sancionado por el estado (también conocidos como centros de consumo supervisado o espacios de consumo más seguro). Los espacios de consumo más seguro son lugares supervisados donde se pueden usar drogas ilegales bajo supervisión médica. La legislación, conocida como Proyecto de Ley del Senado S399A (la promulgación de la Ley de Servicios de Consumo más Seguro, o SCSA, por sus siglas en inglés), requeriría que el Departamento de Salud del Estado de Nueva York autorice al menos un centro de consumo supervisado. Aunque ya existen centros de prevención de sobredosis, este proyecto de ley facilitará el trabajo de los trabajadores de reducción de daños y fortalecerá el trabajo que ya se está realizando.
La ciudad de Nueva York abrió los primeros sitios de consumo seguro autorizados por la ciudad a finales de 2021. La legislación en avance proporcionará un entorno estéril para que las personas utilicen sustancias previamente obtenidas (no se les proporcionará ninguna), brindándoles una alternativa segura a los baños u otros lugares frecuentados. Además, el centro de prevención también contará con personal médico en el lugar para garantizar que las personas administren la droga de manera más segura. Estos sitios también ofrecen protección que no está disponible al usar la droga en un establecimiento no supervisado, ya que habrá personal médico disponible para tratar cualquier sobredosis adecuadamente. El naloxone, utilizado para revertir las sobredosis de opioides, estará disponible en el centro de consumo más seguro. Los trabajadores en el lugar también educarán a los participantes sobre prácticas de consumo más seguro e información sobre tratamientos. Si bien el sitio puede recopilar datos agregados sobre los participantes y sus experiencias, los participantes y el personal del centro de consumo más seguro estarán protegidos legalmente y no serán objeto de persecución por las actividades autorizadas.
En cuanto a la historia, en 2015, la Alianza para la Salud de los Usuarios de Drogas por Vía Inyectada (IDUHA, por sus siglas en inglés) emitió un memorando en el que básicamente se instaba a las agencias de reducción de daños a asumir que las personas que utilizaban sus baños probablemente estarían consumiendo opioides y, por lo tanto, estarían en riesgo de sobredosis, según explica un trabajador de reducción de daños de la ciudad de Nueva York a High Times. Sin embargo, la mayoría de las agencias tienen una política en la que se llama a la puerta del baño cada pocos minutos, y el personal puede ingresar al baño y brindar apoyo en caso de sobredosis (incluyendo naloxone, respiración de rescate y contacto con servicios médicos de emergencia) cuando el ocupante no responde. “En promedio, mi equipo responde a una sobredosis al mes en nuestro baño, con varias veces al día en las que no se produce una sobredosis. Tenemos que esperar a que alguien deje de respirar y deje de responder al golpe en la puerta, momento en el cual puede que lleven varios minutos sin respirar”, dice nuestra fuente. “El SCSA es un proyecto de ley importante porque reconoce el trabajo que ya se está realizando: los trabajadores de reducción de daños y las personas que consumen drogas, así como sus compañeros, ya están en primera línea de la crisis de sobredosis”.
El Comité de Salud del Senado aprobó la legislación de reducción de daños del Senador Gustavo Rivera (D) en una votación oral el martes, y ahora pasará al Comité de Finanzas para su consideración. La versión complementaria de la SCSA en la Asamblea, patrocinada por la Asambleísta Linda Rosenthal (D), fue aprobada por el Comité de Salud de la Cámara en marzo.
“La reducción de daños funciona. La reducción de daños es una modalidad, una forma de abordar un problema que asume, en primer lugar, que una persona que consume drogas es una persona y que se debe llegar a ella donde se encuentra”, dijo Rivera durante la audiencia. “El hecho número dos es que la criminalización no ha funcionado”.
“A lo largo de décadas de guerra contra las drogas, está bastante claro que hemos perdido esa guerra”, continúa. “La idea de que podríamos resolver la adicción mediante arrestos, que podríamos resolver las sobredosis y las muertes mediante arrestos, se ha demostrado que es una mentira basada en todos estos años de experiencia. La criminalización no funciona”.
Este hito marca un avance en la historia de la reducción de daños. “Hoy, el Senado reconoció la grave situación en la que se encuentra Nueva York debido a la crisis de sobredosis y a las políticas fallidas de la era de la guerra contra las drogas”, dijo el grupo de defensa VOCAL-NY en un comunicado de prensa el martes. “Nueva York está un paso más cerca de ver autorizados los Centros de Prevención de Sobredosis en todo el estado”, afirmaron los líderes de la Unión de Usuarios del grupo. “La legislatura debe mantener el impulso y aprobar la Ley de Servicios de Consumo más Seguro en ambas cámaras antes de que finalice la sesión”.
Sin embargo, el trabajador de reducción de daños de la ciudad de Nueva York con el que habló High Times explica que este proyecto de ley puede estar asegurando lo que ya existe, gracias al arduo trabajo de apasionados grupos de reducción de daños. “Cada centro de prevención de sobredosis se ubicará en agencias de reducción de daños que ya existen. De alguna manera muy real, la ley no cambiará mucho. La semana pasada fui a Albany con un grupo de trabajadores y participantes de VOCAL-NY, Housing Works y OnPoint para hablar con legisladores que aún no se habían sumado. Cuando nos reunimos con la directora legislativa de [el Senador del Estado de Nueva York] Tim Kennedy, le dije: ya estamos haciendo esto, pero debido a que no podemos reconocerlo, tenemos que mantener la puerta del baño cerrada. Déjennos dejar la puerta abierta, eso es todo lo que pedimos”.
