Según los resultados de un estudio financiado por el estado y realizado por investigadores afiliados a la Universidad de California en San Diego, no existe correlación entre la detección de THC ni de sus metabolitos en la sangre, aliento o fluidos orales y la incapacidad de conducción de las personas.
Lxs investigadores evaluaron el rendimiento de lxs participantes en el simulador de conducción en varios momentos tras la inhalación de cigarrillos de marihuana con niveles moderados de THC (6%), altos niveles de THC (13%) o sin THC. Se recolectaron muestras de sangre, fluidos orales y se examinó el aliento de lxs sujetos del estudio. Asimismo, oficiales del orden público con formación evaluaron el rendimiento de lxs sujetos en pruebas de sobriedad sobre el terreno estándar en distintos momentos tras el uso de marihuana o placebo por parte de lxs participantes.
Lxs autores concluyeron: “En el mayor ensayo realizado hasta la fecha con usuarios experimentados que fumaban marihuana, no hubo correlación entre el THC (y metabolitos/cannabinoides relacionados) en sangre, FO [fluido oral] o aliento y el rendimiento al volante. La ausencia total de relación entre la concentración del componente centralmente activo de la marihuana en sangre, OF y aliento es una prueba contundente contra el uso de leyes per se para la marihuana“.
Los resultados coinciden con los de otros muchos estudios, según los cuales la detección de THC no predice la incapacidad de las personas en la conducción.
La NORML se opone desde hace tiempo a la imposición de umbrales de THC en sí para los cannabinoides en la legislación sobre seguridad vial. La organización opina que “la sola presencia de THC y/o sus metabolitos en la sangre, particularmente en niveles bajos, es un indicador inconsistente y en gran medida inapropiado respecto al deterioro psicomotor en sujetos usuarixs de marihuana. Se aconsejaría a lxs legisladores que consideraran enfoques legislativos alternativos para abordar las preocupaciones sobre la conducción bajo los efectos de la marihuana que no se basen únicamente en la presencia de THC o sus metabolitos en sangre u orina como determinantes de culpabilidad ante un tribunal.
“De lo contrario, la imposición de leyes de seguridad vial podría convertirse inadvertidamente en un mecanismo criminal para que las fuerzas del orden y lxs fiscales castiguen a quienes han realizado conductas legalmente protegidas y que no han supuesto ninguna amenaza procesable para la seguridad vial”.
En la actualidad, cinco estados de EEUU (Illinois, Montana, Ohio, Pensilvania y Washington) imponen diversos límites para la detección de cantidades específicas de THC en sangre. Otros diez estados (Arizona, Delaware, Georgia, Indiana, Iowa, Michigan, Oklahoma, Rhode Island, Utah y Wisconsin) imponen normas de tolerancia cero. En estos estados, la conducción de un vehículo a motor con niveles detectables de THC en sangre, incluso en ausencia de cualquier prueba demostrable de deterioro psicomotor, constituye una infracción penal de las leyes de seguridad vial.
El estudio de la Universidad de California en San Diego también informó de que lxs oficiales del orden público interpretaban con frecuencia el rendimiento de lxs sujetos en las pruebas de sobriedad de tal forma que consideraban que lxs participantes no afectados (los que habían fumado cigarrillos placebo) estaban bajo los efectos de la marihuana. Lxs autores reconocieron: “Las pruebas de sobriedad clasificaron al 49,2% del grupo placebo como ‘bajo los efectos del cannabis’”.
NORML ha enfatizado durante mucho tiempo que, aunque las pruebas de sobriedad han sido validadas para detectar sujetos bajo la influencia de la marihuana, nunca han sido validadas para identificar sujetos bajo la influencia de otras sustancias controladas.
En 2017, el Tribunal Judicial Supremo de Massachusetts dictaminó que las pruebas estándar de sobriedad en la ruta no son indicadores fiables de la alteración inducida por la marihuana.
Según un estudio de 2021 de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, el rendimiento de lxs sujetos en las tareas requeridas por las pruebas convencionales de sobriedad, como la prueba de “caminar y girar” y la de pararse con una sola pierna, “muestran poca sensibilidad al deterioro inducido por marihuana”.
Por el contrario, lxs autores del estudio de Johns Hopkins reconocieron que el uso de la aplicación de rendimiento del dispositivo móvil, DRUID, era adecuadamente sensible a los cambios inducidos por la marihuana en el rendimiento de los sujetos. La NORML se ha pronunciado con frecuencia a favor del uso de la tecnología de pruebas de rendimiento como indicador más fiable del deterioro inducido por la marihuana.
Creditos:
Fuente: El Planteo – Conduccion y Marihuana