Lucha Contra Las Drogas: Un Fracaso Total
La lucha contra las drogas, con sus décadas de prohibición y castigo, se ha convertido en un modelo insostenible que ha generado consecuencias devastadoras a nivel global.
Este enfoque represivo, promovido principalmente por Estados Unidos desde la época de Richard Nixon, ha fracasado en sus objetivos fundamentales: reducir el consumo, combatir el narcotráfico y proteger a las comunidades de los daños asociados al uso de sustancias. Pero, ¿qué nos ha llevado a este punto y cuáles son las alternativas?
El contexto histórico y las cifras alarmantes
Desde su inicio, la llamada “guerra contra las drogas” ha priorizado la penalización sobre la prevención y el tratamiento.
Esto ha llevado a un aumento significativo en la población carcelaria mundial, especialmente en países como Estados Unidos y ni decir aqui, donde una gran proporción de los reclusos cumplen condenas por delitos menores relacionados con drogas.
Sin embargo, estos esfuerzos no han logrado disminuir el consumo de sustancias. Por ejemplo, entre 1998 y 2008, el consumo global de opioides aumentó un 34.5%, el de cocaína un 27% y el de cannabis un 8.5%.
Según el Informe Mundial sobre las Drogas de la UNODC, el consumo de drogas continúa en aumento globalmente.
De 2010 a 2020, los niveles de consumo de drogas como opioides, cocaína y marihuana han mostrado un notable aumento a nivel global. Aquí tienes un resumen del incremento por cada sustancia, basado en datos de UNODC:
- Opioides: El consumo de opioides sintéticos, como el fentanilo, ha aumentado drásticamente durante esta década. Este incremento se debe a su alta disponibilidad en el mercado negro y su uso indebido en contextos médicos y recreativos. El consumo no médico ha generado un aumento significativo en las muertes relacionadas con sobredosis en diversas regiones del mundoUNODC.
- Cocaína: El consumo de cocaína ha mostrado un crecimiento sostenido debido a una producción récord en América Latina, particularmente en Colombia, donde las áreas dedicadas al cultivo de coca alcanzaron máximos históricos durante este período. Este incremento se tradujo en una mayor disponibilidad en mercados de América del Norte y EuropaUNODC.
- Marihuana: La marihuana, aunque sigue siendo una de las sustancias más consumidas a nivel global, ha comenzado a ser vista de manera diferente en aquellos lugares donde se ha legalizado, como algunas zonas de Estados Unidos y Canadá. Este cambio de percepción ha permitido que muchas personas se den cuenta de sus potenciales beneficios, especialmente en áreas como el alivio del dolor crónico, la reducción de la ansiedad y el estrés, e incluso en el tratamiento de ciertas condiciones neurológicas. Además, su uso responsable puede generar una fuente de ingresos significativa para los gobiernos, promoviendo la regulación en lugar de la criminalización, lo que contribuye a la seguridad y al bienestar general.
Además, el consumo de opioides ha mostrado un aumento acelerado, en parte por el auge de opioides sintéticos como el fentanilo. En el caso de la cocaína, también se ha observado un incremento constante, impulsado por una mayor disponibilidad en mercados clave como América del Norte y Europa.
Nuevos datos (2021-2024)
- En 2022, el número de personas que usaron drogas se elevó a 292 millones, lo que representa un incremento del 20% en los últimos 10 años.
- El cannabis sigue siendo la droga más consumida a nivel mundial, con 228 millones de consumidores en 2022. Su popularidad se debe a diversos factores, como su fácil acceso, su menor percepción de riesgo en comparación con otras sustancias, y sus efectos que muchos consideran relajantes o terapéuticos.
- Opioides seguida de los opioides con 60 millones.
- Cocaína la producción mundial de cocaína alcanzó un récord en 2022 con 2,757 toneladas, un aumento del 20% respecto a 2021.
- En 2023, la producción mundial de opio descendió un 74% debido a la prohibición del opio en Afganistán, aunque aumentó un 36% en Myanmar.
- Los nitazenos, opioides sintéticos más potentes que el fentanilo, han emergido en países de renta alta, exacerbando la crisis de sobredosis.
Además, el informe destacó que solo una de cada 11 personas que sufren trastornos por uso de drogas recibe tratamiento, y las mujeres tienen menos acceso que los hombres.
Las consecuencias del enfoque represivo
El modelo de prohibición ha generado un mercado negro lucrativo controlado por organizaciones criminales que operan a escala internacional. Esto ha desembocado en niveles alarmantes de violencia, especialmente en regiones como América Latina, donde los cárteles de drogas ejercen un control significativo sobre economías locales y sistemas políticos. Además, la producción y distribución de drogas sintéticas como el fentanilo han alcanzado cifras récord, cobrando miles de vidas cada año en países como Estados Unidos y Canadá .
En Filipinas, las políticas de “mano dura” del expresidente Rodrigo Duterte han resultado en la ejecución extrajudicial de miles de personas, un ejemplo claro de cómo la criminalización perpetúa abusos sistemáticos a los derechos humanos .
Un cambio de paradigma: del castigo al apoyo
Los expertos coinciden en que tratar el consumo de drogas como un problema penal en lugar de uno de salud pública es una estrategia fallida. La Organización de las Naciones Unidas y la Comisión Global de Políticas de Drogas han abogado por la despenalización y la implementación de políticas basadas en la evidencia. En países como Portugal, este enfoque ha reducido significativamente el consumo y las muertes relacionadas con las drogas .
Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, subraya que la inclusión y la educación son más efectivas que el encarcelamiento. En sus palabras, “tratar a la persona, no castigarla, salva vidas y fortalece a las comunidades” .
Legalización: una opción viable
La legalización regulada ha demostrado ser una alternativa efectiva en países como Canadá, donde el cannabis es legal desde 2018. Esto no solo ha reducido la carga en el sistema judicial, sino que también ha generado ingresos significativos para el gobierno mediante impuestos. En Uruguay, la regulación del mercado de cannabis ha debilitado el poder de los narcotraficantes y mejorado el acceso a productos seguros .
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En contraste, los intentos de erradicar el cultivo de opio en Afganistán han fracasado, incluso bajo el estricto régimen talibán, que inicialmente redujo la producción en un 95%. En 2024, esta cifra se revirtió debido a la crisis económica y la creciente demanda global .
Una lucha perdida: ¿Qué sigue?
Es evidente que la lucha contra las drogas, tal como la conocemos, ha fracasado rotundamente. Seguir con el mismo enfoque punitivo solo perpetuará los ciclos de violencia, corrupción y marginación. Es hora de priorizar la dignidad y la salud de las personas, implementando políticas inclusivas que reduzcan el daño y promuevan la reinserción social.
Como ciudadanos, debemos exigir un cambio estructural en las políticas de drogas, centrándonos en soluciones humanitarias y sostenibles. La legalización regulada, combinada con programas de prevención y educación, podría ser el primer paso hacia un futuro más seguro y justo para todos.
Lucha Contra Las Drogas: Un Fracaso Total Referencias Globales
- El fracaso de la guerra contra las drogas: la despenalización.
- La guerra contra las drogas ha fracasado totalmente.
- La guerra contra las drogas ha fracasado.