Si bien la Argentina ya cuenta con una Ley de Cannabis Medicinal y Cáñamo Industrial, la agencia a cargo de regular la cadena de valor de la planta aún no oficializó las categorías de licencias.
Hasta el momento se prevé el cultivo de cannabis para investigación, pero no existen muchas vías de liquidez, monetización o retorno de las inversiones que, en cannabis, suelen ser muy abultadas.
Es decir, todavía no está claro cómo, cuándo, dónde y quiénes podrán comercializar cannabis.
Turismo cannábico: liquidez para costos operativos
“Lo complejo del negocio del cannabis hoy es que no tenés un precio de venta. Todavía no están claras las reglas de juego en la última etapa, la comercialización”, advirtió Nicolás Vitullo, cofundador de UNGE cultivos sostenibles SA, una empresa de cannabis ubicada en el Valle de Miranda, en Chilecito, Provincia de La Rioja.
“Trabajamos bajo el marco de una Ley de Investigación y Desarrollo que presenta algunas oportunidades. Hasta que salga la reglamentación de la Ley 27.669, el turismo cannábico es una de las alternativas de monetización en esta industria”, sentenció el cordobés.
Pero, ¿Puede el turismo cannábico ser una alternativa? ¿Qué estrategias se pueden adoptar?
“Mientras la regulación industrial avanzaba, nos planteamos cómo afrontar los costos operativos durante el período de transición. Surgió la idea del turismo cannabis y otras unidades de servicio estratégicas como servicios de cosecha, secado y almacenamiento”, sumó Vitullo.
Así, los emprendedores diversificaron la inversión en dos grandes unidades estratégicas: una agronómica, dedicada a la producción de inflorescencias para su posterior transformación, y una unidad de turismo.
“Nos preguntamos ¿qué necesitamos para un cultivo y una obra civil con destino al turismo?”, recordó Vitullo.
Cannabis riojano: marca regional
Ubicada a lo largo de la Ruta Nacional 40, el Valle de Miranda cuenta con un paisaje único con altitudes que varían entre 1.000 y 2.000 metros sobre el nivel del mar. La zona aloja guanacos, vizcachas, zorros, hurones y chinchillas entre cerros rojizos de formas caprichosas, veteados de algarrobos y cardones, álamos, nogales, manzanos, duraznos, membrillos e higueras.
Y como marca de cannabis, UNGE se hace eco de esta experiencia natural. El equipo interdisciplinario de la empresa ya creó varias marcas gastronómicas, de coctelería y algunas franquicias que se integran con la naturaleza.
“La pandemia nos acercó a la naturaleza. Decidimos abrir el juego, para que el turista pueda sumergirse en el ecosistema, aprender, disfrutar con la gente y la cultura local”, aclara el emprendedor.
“Queremos posicionar a las economías regionales de La Rioja, incluyendo al cannabis, mediante el turismo académico y ecológico. En este sentido, Mendoza es un norte a seguir. La experiencia de un viñedo mendocino ya tiene reconocimiento internacional”, explicó Vitullo.
La ruta del cannabis: ‘una decisión política’
Vitullo apoya la “decisión politica del Gobierno de La Rioja” de desarrollar la ruta del cannabis, un circuito turístico, a lo largo de la RN 40 podria conectar a las empresas de cannabis que ya operan en la provincia.
Destacó que las empresas de cannabis cuentan con el apoyo de la estatal Agrogenética Riojana, que mantiene una visión clara de establecer un polo cannábico y ya emitió 16 licencias a empresas “satélite”.
En el modelo riojano no existe una empresa estatal que centralice la producción en un polo industrial limitado a un espacio específico. Más bien, brinda libertad a los emprendedores para elegir un lugar en la provincia y provee de asistencia técnica
“La experiencia podría comenzar desde el aeropuerto, conectando con las 16 empresas de cannabis que forman un bloque regional, en un radio de 30 kilómetros alrededor de Chilecito”, imaginó.
Una ’empresa vidriada’
UNGE apunta al segmento de mercado que desconoce el cannabis o incluso, se opone a la legalización de la planta. “Nos dirigimos principalmente a personas de entre 30 y 50 años en busca de experiencias nuevas”, dijo Vitullo.
“UNGE invita a ver en vivo la cadena de suministros del cannabis, entender cómo funciona la infraestructura, y como interactúa la planta con el medio y las personas. Es una empresa vidriada”, definió el Lic. en Administración.
La planta asume así un rol protagónico nuevo, un capital visual, más allá de la investigación y el desarrollo de genéticas. El turismo hace del cannabis un espectáculo.
“Es una experiencia sensorial, una terapia aromática. Me encanta ver la primera expresión cuando entran a la finca. La sorpresa cuando se encuentran con algo tan imponente, emotivo”, continuó Vitullo.
Glamping en el Valle de Miranda
Y agregó: “Nuestro objetivo es atraer el turismo extranjero, especialmente de Brasil. Observamos un gran interés del público brasileño en Uruguay; y Argentina tiene una clara oportunidad de recibir turistas brasileños como ya sucede en el Cerro Catedral”.
En la próxima etapa, planean implementar un glamping único, utilizando “mini casas”, una forma de acampar que permite disfrutar de la naturaleza sin renunciar a las comodidades modernas.
Además, UNGE planea armar franquicias para replicar su modelo de negocio. “Queremos que sea válido tener una finca de cannabis en cualquier parte de la Argentina”, cerró Vitullo.
Creditos:
Fuente: El Planteo – Conocé UNGE, la Pyme Pionera que Apuesta por la Diversificación y el Turismo Cannábico
